¿Qué pasa cuando un hijo pierde uno de los padres o es abandonado?

Cuando se pierde a uno de los padres por el motivo que sea muerte o abandono, queda un gran vacío en el corazón. El niño crece con ese vacío en el pecho, es un profundo dolor que el  niño no sabe como manejar y por más que se le explique, el niño no encuentra razonamiento posible. Y es una herida que se guarda en nuestro Ser.

 

En consecuencia el niño se ve en la necesidad de crecer quizás más deprisa que el resto, queriendo cubrir las necesidades del padre ausente, sirviendo de pareja al que se ha quedado, además de padre o madre de sus hermanos. Esto genera una gran carga personal que puede imposibilitar establecer relaciones futuras que sean duraderas, por estar ya previamente comprometido con su primer hogar.

En el fondo de su ser esconde una profunda tristeza que puede disfrazarse de rebeldía, de adicción, de rabia que se puede observar en su mirada,  evoca gran frialdad y dureza o en otras ocasiones puede ser demasiado complaciente tratando de satisfacer las necesidades de los otros con la intención de no ser “abandonado de nuevo”, muchos de los celos en parejas derivan del abandono de uno de los padres.

En el caso que uno de los padres muera también es posible que el niño quede marcado por un fuerte deseo de “irse” con el padre muerto, es decir que puede tener poca conexión con la vida. Se puede ver en estas personas un rostro que da la sensación de “susto” “impresión” o poca vitalidad.

¿Qué se puede hacer para evitar esto en nuestros hijos?

  • Darle un lugar en nuestro corazón al padre ausente, agradecerle por nuestro hijo
  • Dejar de proyectar en ellos nuestras expectativas de vida
  • Sanar nuestro propio dolor por la pérdida de la pareja
  • Ser su padre o madre en lugar de ser “su amigo”
  • Aceptar su destino con respeto y amor

 

Escrito por Luz Rodríguez

Contacto: [email protected]

Skype: sercaminodeluz

Síguenos en Facebook: ordenesamor