Las divisiones en todo sistema se deben a que un sector de la población se siente excluido o algunos son considerados «diferentes». En consecuencia durante un tiempo permanecen escondidos, pero luego un buen día aparecen desbocándose y reclamando sus derechos. Por eso es importante iniciar con un cambio interno, observando ¿A qué personas excluimos de nuestra propia vida? ¿A quién consideremos como diferente? ¿A quién rechazamos? Si cada uno de nosotros se hace consciente personalmente puede traspolarlo a su familia y por ende a la sociedad. A continuación te expongo de qué manera se pueden superar las diferencias y las divisiones.
No queremos ver el sufrimiento y el dolor que se esconde en un gran sector de la población, los innombrables “delincuentes, ladrones, asesinos, marginales”, que son ocasionados en la mayoría de las veces por la indiferencia o la apatía colectiva. Nuestro constante deseo de “poseer más y más”, nos lleva a seguir un circulo vicioso y abrir una brecha abismal entre unos y otros. Y con ello no quiero decir que sea algo positivo la violencia o la agresión, sino que más bien es consecuencia de haber sido victima de la violencia en la propia vida, normalmente detrás de una persona agresiva se esconde un profundo resentimiento y soledad. Es quizás un niño o niña clamando ser visto.
Cada persona requiere sentirse parte, para sentirse completo y realizado. Si empezamos dentro de nuestra propia familia, en donde se pueda tomar a cada miembro de la familia con sus condicionantes, aceptándolo tal como es. Sin procurar cambiar nada de ellos. Comprendiendo que cada quien tiene su propio lugar y desde la mirada sistémica, aquellos que tienen más limitantes son los que más carga sistémica llevan (homosexuales, prostitutas, asesinos, ets.), esto se ha verificado a través del trabajo de Bert Hellinger de Constelaciones Familiares.
Esto que ocurre en el entorno reducido de la familia, se extrapola a la sociedad. Observamos en la mayoría de los países que de cuando en cuando se sube al poder esa clase que ha permanecido “excluida”, se levanta con fuerza y arremete con el resentimiento que ha guardado durante mucho tiempo. Buscando establecer un equilibrio justo… pero claro… todo aquello que se consigue por la fuerza, con la rabia o deseos de venganza a la larga desencadena sufrimiento y termina excluyendo a otro grupo que pasa a estar en la sombra.
¿Cómo se puede hacer algo diferente con el descontento?
- Aceptar que cada quien es como es y que nada sucede al azar
- Respetar los límites personales y lo de los demás
- Sacar la rabia y descontento visitando nuestro interior (meditaciones colectivas)
- Transmitir mensajes de unión y de amor con tu ejemplo dentro de tu propia familia
- Darle un buen lugar a cada quien sin excluir
- Confiar en la Vida y en la fuerza que todo lo sostiene
- Realizar una constelación familiar para ver las dinámicas de excclusión dentro del sistema familiar
Escrito por Luz Rodríguez
Contacto: [email protected]
Skype: sercaminodeluz
Contacto: [email protected]
Skype: sercaminodeluz